lunes, 21 de octubre de 2013

Perfiles II

Continúan los perfiles de Jovellanos Fc, sus integrantes, sus jugadores, su pasión, en la semana última camino a cumplir 20 años. Descripciones humanas desde el cariño y el respeto que apuntan a desmenuzar sus personalidades para conocerlas y quererlas aún más.
En esta entrega, Dieguito Zubeldía Eduardito De Turris y Mato Vidal


Diego Zubeldía


En la vida no es fácil no hacer lo que uno a veces no quiere hacer. El tiempo a veces se presenta de una manera difícil de entender. Los años se suceden, pasamos situaciones que nos hacen elegir constantemente. Convicciones políticas, aportar por quien luego nos traicionará, en síntesis, vida misma. Conductas al margen, si hay un jugador de Jovellanos que nunca cambió su forma de jugar ni su puesto, aún a pesar del paso del tiempo que siempre juega una trastada al hacernos más lentos, más dóciles a las lesiones, a pesar de los técnicos y las situaciones, ese es Dieguito Zubeldía.
Diego siempre fue número 2. Siempre fue defensor. No de romper, no de morder y reventar. Si es necesario, eso también, pero es un estilo Juan Simón o mejor dicho, un estilo Enzo Trossero.  Posee un don natural que lo llevó a pararse en una cancha eternamente en el mismo lugar y en la misma función que cumple a rajatabla desde que era un niño. Quién esto escribe y muchos delanteros han probado el rigor de su marca prolija como dura. Y ni hablar del cañón que lleva en el pie si la mira esta bien direccionada al arco. Y es el mismo chico todo vestido con los colores del Independiente de Avellaneda.
Diego está formado al calor del Ateneo del Sagrado Corazón. Se conocen con Emi y Guille Ferioli desde el año 1984 y con este último, fueron compañeros de estudio en un colegio secundario, ubicado en esa ciudad bonaerense.
Tenía que ser ahí porque otra convicción impoluta de Diego es su pasión futbolera: fanático del Rojo, otrora Rey de Copas y una actual realidad dura de jugar en el Nacional B. Y ahí está Diego, serio, divertido, jodón y dueño de una fuerza descomunal que no coincide con su cuerpo pequeño y de fáciles movimientos.
Hijo de una muy buena familia de excelentes personas –papá Carlos, mamá Alicia y su hermana menor Valería-, metódico en sus palabras, muy compañero de sus amigos, experto en música y gran concurrente de los mejores recitales internacionales y locales, Diego Carlos Zubeldía es también un hombre solitario como grupal si las circunstancias lo meritan, que prefirió un rol más secundario en el equipo: eso sí, pudo y tiene aún con qué para ser una figura absoluta del fútbol jovellino.
Dieguito, quien se sumaría al Jove en los inicios de 1994 con una entrada triunfal como rara para esos chicos que estaban en la esquina de Jovellanos; dobló por la calle Espinoza entrando a esa arteria mientras arrastraba a otro pibe, más grandote. Era Dario, alias “Tuco”, bajo la risa de Tito Garrone –Wal, Emi, Dudu y Guille - y sorpresa de los muchachos de Jove. La amistad se selló para siempre.
Fue un pilar en el subcampeonato de Sin Conflicto Fc 1998; participó en los dos partidos de LoqueLaPeróDejo 2007; asistencia perfecta en Abono 2009 y Cocos Te Convoca 2006/2010, en la mayoría de los Desafíos y aunque no lució en Gusvelito 2008 por una vieja lesión que aún lo tiene a mal traer, siempre es agradable a los ojos verlo jugar.
Este es Dieguito, uno de los jugadores más destacados y queridos de Jovellanos Fc.

Eduardito De Turris

Por mandato paternal –hijo del Loco y querido De Turris,  por personalidad propia, por la  posición estratégica de la casa familiar, Eduardito, es parte del corazón de Jovellanos. En las camisetas originales es N°3. Pero también podría ser cinco o siete: pulmones de acero y más si largaría el cigarrillo como lo hizo su padre en 1996. Gran jugador de fútbol, una mayoría sostiene que es la figura del equipo o una de ellas. Lo era en el Vélez original frente a Temperley –aún se acuerdan las patadas que Emi le daba por no poderlo pasar en esos partidos de potrero- y con Diego formaron una defensa excepcional en muchos partidos.
Simpatizante de Boca –en los 90 iban a la cancha con Emi, Edu y Mato y se divertían como loco…hasta confundiendo a la difunta Raulito con el mismísimo Maradona jaja- cantante por doquier, guitarrista más que futbolista, conductor de camiones enormes, hijo de un único personaje con quien, además, como con su hijo, comparte nombre, Edu posee mil anécdotas que van desde su primer auto, un Dodge destartalado hasta las salidas en la Tregua y el famoso “Pub Dets”, que era en realidad la cada familiar de los DeTurris, lugar de los primeros encuentros Jovellanos. Hermano de dos hermanas, mellizo con Cin y menor de Karina, fue en la terraza de ese inmueble paternal que se produjola gran Asamblea del 3 de octubre de 1993 para la gestación de las rifas y el capítulo inicial que hoy, dos décadas después nos une, Jovellanos Fc.
Gran bailarín, buen guitarrista, look fachero estilo Facundo Arana más el ex jugador Luis Carranza, además del Velez pre-Jove, Eduardito formó parte de los equipos Jovellanos 1996, el Deportivo Maradona 98, Material 2002, los torneos de Nuñez 2003 y 2004 y el Gusvelito 2008, además de los Cocos Te Convoca, los Abonos y todos los Desafíos, lo que sin lugar a dudas lo convierte en el o en uno de los jugadores con mayores presencias en la historia de Jovellanos Fc y también en uno de sus goleadores.
El fútbol late en Eduardito…pero más en  Eduardito IV, su hijito de 3 años, un fanático absoluto de tan noble deporte y corazón de Jovellanos que ya patea y juega cuasi profesional.


Mato Vidal

Mariano. Ese es su nombre. Quien llegó a este mundo, el mismo que día que Diego Maradona, el 12 de febrero de 1981, firmaba contrato con Boca Juniors para el que sería el único campeonato que finalmente obtendría el Diego con el xeneise. Luego, Maradona desbarraría rivales y excelente fútbol en España, aunque alcanzando la inmortalidad en el Nápoli de Italia y en la obtención del campeonato Mundial 1986.
No eran tiempos de internet, whasup, face. Solo la pantalla de televisión, quien todos los domingos reflejaba los partidos de Maradona. Era en el canal 9, por entonces el único privado de los cinco únicos que había de aire -cable aún no existía-, regentado por Alejandro Romay y un programa cuya cortina musical mientras sucedían los goles de Diego al canto de "quiero apostar a la máquina", perteneciente a Franchesco Salvi y cuyo nombre del tema es: C´da postare la maquina
Mariano y el fútbol se unieron desde la cuna. Y el fútbol fue en él desde el momento que abrió los ojos en esta tierra argentina al mismo tiempo que su cariñoso apodo Mato, propinado por su hermano mayor. O quizás aún antes, en el útero de su mamá Susana. Emi, a quien no le gustaba el fútbol hasta presenciar el Mundial 86, le cantaba a su hermano menor, quien descansaba en su cuna, una canción de autoría propia a pesar de sus escasos tres años de edad: "se despertó, se despertó, campeón Maradona".
Mato fue el distinto de los Vidales. Algunos dicen que el Negro, su abuelo paterno, había sigo un gran cinco en la década del 20 y  su padre, Mandy, muy futbolero, es un arquero 100x100; jamás hizo un gol, recibió muchos y nunca jugó en otra posición que no sea el arco.
Forjado en el Ateneo del Sagrado Corazón -como Dieguito Zubeldía- campeón en diferentes grados primarios en la República de Bolivia, Mato se acercó a Jovellanos como espectador en el primer torneo de Jove 1996. Atrás quedarían el propio Ateneo y los tiempos de su Colonia, en el cual su hermano Emi, Dieguito y Tito Garrone lo gastaban y se aprovechaban de su corta edad en los partidos de verano. Lo mejor era, hacerlo enojar.
Es que Mato es acuariano, y también nacido un 12F como Alejandro. Es decir, son fáciles de hacer ebullición. Pero ese temperamento cuando es bien dirigido, es mortal y un jugador de sus características, letal. Y Mato poco a poco se fue convirtiendo en el 10 de Jovellanos Fc, en el heredero natural de Lucas Mulé y su antecesor Guille Ferioli, los dos primeros diez de Jove aún en los tiempos pre-históricos de Temperley.
Pensante, maradoniano, riquelmiano, Mato, como si fueran las piedras perdidas del Arca de Noé, consigue la número N°7 de las remeras fundacionales, que había pertenecido en 1993 a Hernán Marambio y luego a Diego Bueto, quien para conseguirla, dicen, le vendió al mayor Marambio, una original de Oscar Ruggeri del Boca 81, ese campeón con Maradona.
Mato, antes, había enfrentado a su hermano y amigos con los propios en el desaparecido estadio La Pared, partido de la famosa frase "ataja vos" de Walter. Y había jugado a falta de uno, contra Jove, en las filas del terrible equipo "Parodi", quien  casi siempre vencía a Jovellanos.
Mariano, es decir Mato, debuta oficialmente en Jove en 1997 y para el 98 ya era figura. Fue ese año que en una jugada al calor de las derrotas futboleras, gestó al Deportivo Maradona en el segundo torneo de la historia de Jove, en Vieites, de digno papel aunque quien sobresalió en esa competencia fue la filial jovelliana Sin Conflicto Fc. Mato, aprendió una lesión ese año, que es mejor jugador con sus amigos.
Hincha digno y leal de Quilmes -a los 30 años y en año del descenso del más campeón River Plate renunció para siempre a su simpatía por Boca- maradoniano, temperamental, jodido como brillante, fastidioso pero puramente sincero, actual jugadores de importantes ligar, víctimas de lesiones constantes, Mato disputó todos los torneos de Jove, los Cocos, los Desafíos, los Abonos. Fue figura primordial en el malogrado Gusvelito Fc y estuvo ahí, en el equipo de todos los hermanos -tres Celaya, Ale, Atila y Juanmpi- y los Vidales Emi y Mato- que fue LoqueLaPeraDejó. Para mucho, entre ellos su propio hermano, Mato es un exquisito jugador que sería aún mejor si dejara de lado peleas que tiene con él mismo.
Artista fuera y dentro de la cancha, se ha ganado con todos los honores la número10, la de su querido Maradona y si los números hablan por sí solos, Mato, el Pelusa, tendrá esa reivindicación con todas las letras en las nuevas camisetas Olan, 20 años después.


Más historias aquí (link)... y pronto habrá más perfiles de Jovellanos, camino a los 20 años

No hay comentarios: