martes, 22 de octubre de 2013

Perfiles III


Se acerca la fecha...se descubren más perfiles de los jugadores, amigos de Jovellanos Fc. A los otros perfiles I y II, es el turno de dar a conocer aún más a Dudu Iglesias, Atila Celaya y Tito Garrone ...próxima entrega Marian "Tumini", Fede Ferro, Lucas Mulé, Guille Ferioli y Martín "Veter" Mercado. Y en la quinta y última entrega Diego 13 Pereira, Juanma Mendieta y el recuerdo de otros jugadores.

Eduardo "Dudu" Iglesias

Un viejo dicho dice que la mayoría de los problemas se arreglan solos. No es fácil; el neocapitalismo acapara todo y lleva al ser humano a pensar que el grado máximo de felicidad es tener y tener, acopiar bienes materiales, aún, con cosas ínfimas como el mejor celular, ropas de marcas que ellos mismos venden o un buen automóvil, símbolo eterno de prosperidad. Y eso mucho se notó y padecieron los adolescentes de los 90, actuales adultos y futuros dirigentes.
Es el turno de presentar al otro Eduardo Javier de Jovellanos FC, el hombre de la sonrisa eterna; quien va en contra de todo ese capitalismo aún sin saberlo. “Al mal tiempo, siempre buena cara”, dice que le enseño al pasar su mamá Susana, y ahí va Eduardo…Edu y sus mil apodos –entre tantos Manzana, Tato Bores, Calculín, Quereme, Azul, Alacrán, Becky, Sapolo, Pepitito-,  hasta lograr el que más le gusta a él y a todos a fuerza de voluntad propia y algo de conocimiento de portugués: El “Dudu”, es decir Eduardo en ese idioma.
Dudu es un hombre sabio, solo que él aún no lo sabe. Siempre está de buen humor o lo intenta a pesar de los problemas que puede tener cualquier persona. Y siempre, se insiste es más difícil hacer reír, que hacer llorar. Y Dudu, vaya, hace reír mucho.
En el pre-Jove de 1992 formó parte de Temperley. También estuvo en Boluditos, Campito Fc Club y con Emi y Gonchi, más Gigantón, formaron juntos el primer equipo de fútbol de sus vidas: año 1987; “Los Pumas”. Pero Dudu, tampoco pareciera ser consciente o quizá lo sabe y no hace alarde, que él es el corazón de Jovellanos Fc. Fue Dudu –Manzana o Pepitio o el que más guste- quien conocía a Emi desde 1983, y a Gigantón de la Colonia de Boca Juniors 1982; todos compañeros de la primaria del Bolivia, junto con Gonchi, Churrasco Ruffólo e Isaac–y a Guille Ferioli del otro grado- y pocos años después, cuando su querido papa Eduardo –Homero- le permitió  cruzar la Montes de Oca, ir a jugar a la Plaza Colombia, a veces virar para Hornos y para la Plaza Don Pepe, y encontrarse con Walter y a Ale. Y de vecino, a Lucas Mulé, un par de años menor.
Dudu es un hombre de buen gusto futbolero, aunque vagoneta para el juego. Simpatizante leal de Boca juniors, ha también concurrido a ver a Quilmes en muchas ocasiones para estar cerca de amigos; maradoniano, palermiano como riquelmiano, tiene muchos gustos en común con la mayoría de lo integrantes de Jovellanos que van desde la política como gustos musicales, desde Los Brujos ha Los Piojos. Fue delantero y luego defensor. De pases cortos y grandes definiciones. En las camisetas originales es el N°4; pero podría haber sido cualquier otro, ya que sabio, nunca se hizo problemas por nada. Jugó para Jove el torneo 1996 y formó parte casi testimonial en el Deportivo Maradona 98, equipo de los dos Jovellanos que disputaba la contienda utilizando las remeras históricas Olán. Jugó algunos Cocos y también algunos Abonos y con el correr del tiempo se fue alejando de la mayoría de los partidos pero siempre estuvo como hincha –con Ale, fueron los tifosi del Gusvelito 2008.
Seductor en el habla, de granes amoríos, agradable en el trato, Dudu es desde hace tiempo un hombre de estudios universitarios constante y seguidor de la realidad política y económica actual.
Es muy raro verlo enojado. Y es el protagonista de la mayor o una de ellas, anécdotas jovellianas que tuvo lugar en la Navidad de 1995 con una borrachera con sidra que rozó un potencial coma alcohólico y terminó en nada grave, solo más que risas.
Este es Eduardo Iglesias, el hombre de los mil apodos, con su sonrisa a cuestas y su eterna voluntad natural de ser queridos por todos.

Alberto "Atila" Celaya

Cara o cruz. No hay grises. O blanco o negro. Te quiere o no te quiere. Puede perder si se enoja, como cualquier otro. Así es Alberto “Atila” Celaya y con ese estilo se hizo cargo y con éxito del difícil arco de Jovellanos.
Alberto, alias Tito o Atila es el hermano mayor de Alejandro, JuamPi y María. Su sumó a Jove en  cuestión de tiempo, siguiendo la misma línea de sus hermanos fundadores: fue primero rival jovellino.
A Tito, que aún no era el Atila de Jovellanos, le tocó formar parte de un equipo temible tanto por su juego como por su contundencia: Catalinas Fc, que tenía en sus filas a grandes jugadores y de los cuales muchos de ellos se destacarían –Fede Ferro- en Jovellanos o jugaron al menos, algún partido. Sebastián Zunnini y Guille Mellino en los partidos 1997 en la cancha de once de Villa Domínico 1997 frente a Los Gallegos, así lo reflejan.
Tito ingresa a Jovellanos ese mismo año, probando en los partidos amistosos tanto en la defensa como en la delantera. Pero sería en el difícil como duro puesto de arquero y más en Jovellanos, donde se destacaría.
Haciendo un poco de revisionismo histórico, al fusionarse Vélez y Temperley el 26 de octubre de 1993, el puesto de 1 toca a Hernán Montero. Un poco porque el otro arquero, el de Temperley, cansado de recibir goles en años, optó por el puesto antagónico. Todo 9 es 1 y más porque las condiciones de Montero lo meritaban.
Marian "Tumini", hermano de Sebastián, amigo de antaño de Atila, sería el gran descubrimiento del efímero técnico Germán Guldris y al alejarse Hernán de Jove, el indiscutido arquero de Jovellanos.
Pero Tito decidió ser Atila. Fue un adelantado: se hizo cargo del puesto más resistido como duro. Se calzó el buzo de arquero de Jove. Y a fuerza de porrazos y destacadas actuaciones, se convirtió en un gran guardameta bancado por algunos de los históricos fundadores que lo quieren también por sus condiciones, estilo Germán Burgos o Sergio Migliore. Famoso eran los “para Tito, para, para…” hasta que Atila podía estrellarse con el arco de frente corriendo tal un oso en busca de su presa.
Y Rey Atila fue para siempre cuando se atajó todo lo que le tiraron en el subcampeón Sin Conflicto Fc 98, cumpliendo a quienes habían apostado por él y ser reconocido por quienes no creían en sus condiciones. Fue arquero titular en los torneos Jovellanos Material 2002 y  Nuñez 2003/04. También fue el capitán y guardavalla de ese equipo familiar y de hermanos –jugó con Ale y JuanPi- en el recordado como fugaz LoQueLaPeraDejó 2007 y fue el único que mantuvo su posición ante las internas jovellinas del Nuñez 2004.
Fanático de Racing de Avellaneda, duro en sus posiciones y reflexiones, gran seguidor del rock de Rata Blanca, Ataque 77 y Jauría, de frases célebres como “el Edu, salís o entramos” y padre de una familia maravillosa que construyó junto con su esposa Graciela, el tiempo demostró que fue un adelantado para algunos en materia musical
Y en los arcos de Jovellanos, se sigue extrañando al temible como impredecible, Atila Celaya, Rey de los Unos.


Alberto "Tito" Garrone

Músico. El “Lobo” Cordone, quien fuera un jugador controvertido de Vélez y el Racing de Avellaneda, dicen, era, ante todo, un músico. Al igual que otro ex fortinero, de paso fugaz por el Boca campeón 1998/1999, el "Rifle" Pandolfi. 
Jovellanos Fc también  tiene un músico entre sus jugadores. Y ese es Alberto “Tito” Garrone.
Tito tiene una particular aparición en Jovellanos. Fue en el desaparecido estadio de La Ribera, ubicado en la calle Río Cuarto en el barrio de La Boca, lugar de grandes contiendas en los primeros albores de Jove.
Eran los tiempos de desafíos constantes, a veces, hasta dos veces por semana.
Ayudaba a esa tarea la corta edad de muchos de los jovellinos, la mayoría transitando  la escuela secundaria. El tiempo era eterno y sobraba. 
Ese sábado del año 1994 antes del inicio del Mundial de Fútbol yanqui, Jovellanos casi alcanza el milagro de cortar la racha ante quien era por ese entonces su primer archirrival; Parodi Fc, el equipazo formado, entre otros, por Leo, Gegenez y el propio diez,  Pablito Parodi. Pero ese día, Jove lo tenía a pesar de que estaba abajo del marcador. Y nada fue igual cuando Tito, quien oficiaba de espectador jovellino, pasó a atajar para Pardo con tal que el partido no se suspenda por falta de quórum deportivo y repentinas lesiones.
Todo y de todo se atajó Tito para recelos del arquero de Jove Hernán que no lograba que su arco termine abultado. Ese día ganó Parodi y Tito se consagró. Y Jove vislumbró un potencial que pronto se reflejó en otras posiciones. 
Hijo de Alberto –un hombre fachero parecido al actor Robert Duvall- y de María Elena-, Alberto es mucho mejor músico que jugador de fútbol. Pero con el correr de los años se fue consolidando en la defensa jovellina. Ofició de técnico en el subcampeón Sin Conflicto Fc y no dudo en calzarse la Olán tradicional para bancar al Deportivo Maradona en ese diciembre caluroso de 1998 que estaba diezmado; Agustín, el primer hijo de Fede, pilar de ese equipo, estaba por nacer y Eduardito había faltado sin aviso a una contienda de ese torneo. Y ahí jugó Tito, el único de Jove en participar en esas dos filiales.
Alberto conocía de antaño a Dieguito Zubeldía, y a Emi, Mato y Dudu del Ateneo del Sagrado Corazón. Mil historias pasaron juntos, comocuando se  enfrentaron al peligroso Jota Jota o los hermanos Milito, que no eran los famosos jugadores del Rojo y Racing, pero eran de igual de buenos. También al Walter y Gigantón del colegio secundario.
Pelo largo en sus tiempos mozos, generoso, con muchos recitales de rock encima,  look Arturo Puig más el Brad Pitt de la película “Kalifornia”, disfrutador de la buena cerveza, asadors y la charla con amigos, para los Cocos y los Abonos 2009, Tito se había convertido en un defensor de difícil superar –quien esto escribe, por no poder pasarlo, le ha inventado dos fouls inexistentes que Tito supo tolerar- para los Abonos 2009 y fue miembro del Gusvelito 2008.
Seguidor fiel de River Plate, es también simpatizante del Temperley que hoy milita en la Primera B y al cual con otros integrantes jovellinos se prometieron presenciaron un partido juntos.
Oriundo de Barracas, hoy su amor y corazón está en la localidad de Ezeiza. Pero en los estadios porteños aún esperan a Tito, el defensor estilo Hernán Díaz mezclado con Quique Harabina que hizo temblar a más de un delantero y que no dudó en hacerse cargo del arco si las circunstancias lo necesitaban. 



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