Se acerca la fecha...se descubren más perfiles de los jugadores, amigos de Jovellanos Fc. A los otros perfiles I y II, es el turno de dar a conocer aún más a Dudu Iglesias, Atila Celaya y Tito Garrone ...próxima entrega Marian "Tumini", Fede Ferro, Lucas Mulé, Guille Ferioli y Martín "Veter" Mercado. Y en la quinta y última entrega Diego 13 Pereira, Juanma Mendieta y el recuerdo de otros jugadores.
Eduardo "Dudu" Iglesias
Un viejo
dicho dice que la mayoría de los problemas se arreglan solos. No es fácil; el
neocapitalismo acapara todo y lleva al ser humano a pensar que el grado máximo
de felicidad es tener y tener, acopiar bienes materiales, aún, con cosas ínfimas
como el mejor celular, ropas de marcas que ellos mismos venden o un buen
automóvil, símbolo eterno de prosperidad. Y eso mucho se notó y padecieron los
adolescentes de los 90, actuales adultos y futuros dirigentes.
Es el turno
de presentar al otro Eduardo Javier de Jovellanos FC, el hombre de la sonrisa eterna; quien
va en contra de todo ese capitalismo aún sin saberlo. “Al mal tiempo, siempre buena
cara”, dice que le enseño al pasar su mamá Susana, y ahí va Eduardo…Edu y sus
mil apodos –entre tantos Manzana, Tato
Bores, Calculín, Quereme, Azul, Alacrán, Becky, Sapolo, Pepitito-, hasta lograr el que más le gusta a él y a
todos a fuerza de voluntad propia y algo de conocimiento de portugués: El “Dudu”,
es decir Eduardo en ese idioma.
Dudu es un
hombre sabio, solo que él aún no lo sabe. Siempre está de buen humor o lo
intenta a pesar de los problemas que puede tener cualquier persona. Y siempre,
se insiste es más difícil hacer reír, que hacer llorar. Y Dudu, vaya, hace reír
mucho.
En el
pre-Jove de 1992 formó parte de Temperley. También estuvo en Boluditos, Campito
Fc Club y con Emi y Gonchi, más Gigantón, formaron juntos el primer equipo de
fútbol de sus vidas: año 1987; “Los Pumas”. Pero Dudu, tampoco pareciera ser
consciente o quizá lo sabe y no hace alarde, que él es el corazón de Jovellanos
Fc. Fue Dudu –Manzana o Pepitio o el que más guste- quien conocía a Emi desde
1983, y a Gigantón de la Colonia de Boca Juniors 1982; todos compañeros de la
primaria del Bolivia, junto con Gonchi, Churrasco Ruffólo e Isaac–y a Guille
Ferioli del otro grado- y pocos años después, cuando su querido papa Eduardo
–Homero- le permitió cruzar la Montes de
Oca, ir a jugar a la Plaza Colombia, a veces virar para Hornos y para la Plaza
Don Pepe, y encontrarse con Walter y a Ale. Y de vecino, a Lucas Mulé, un par
de años menor.
Dudu es un
hombre de buen gusto futbolero, aunque vagoneta para el juego. Simpatizante leal de
Boca juniors, ha también concurrido a ver a Quilmes en muchas ocasiones para estar
cerca de amigos; maradoniano, palermiano como riquelmiano, tiene muchos gustos
en común con la mayoría de lo integrantes de Jovellanos que van desde la
política como gustos musicales, desde Los Brujos ha Los Piojos. Fue delantero y
luego defensor. De pases cortos y grandes definiciones. En las camisetas originales
es el N°4; pero podría haber sido cualquier otro, ya que sabio, nunca se hizo
problemas por nada. Jugó para Jove el torneo 1996 y formó parte casi
testimonial en el Deportivo Maradona 98, equipo de los dos Jovellanos que
disputaba la contienda utilizando las remeras históricas Olán. Jugó algunos
Cocos y también algunos Abonos y con el correr del tiempo se fue alejando de la
mayoría de los partidos pero siempre estuvo como hincha –con Ale, fueron los
tifosi del Gusvelito 2008.
Seductor en
el habla, de granes amoríos, agradable en el trato, Dudu es desde hace tiempo
un hombre de estudios universitarios constante y seguidor de la realidad
política y económica actual.
Es muy raro
verlo enojado. Y es el protagonista de la mayor o una de ellas, anécdotas jovellianas
que tuvo lugar en la Navidad de 1995 con una borrachera con sidra que rozó un
potencial coma alcohólico y terminó en nada grave, solo más que risas.
Este es
Eduardo Iglesias, el hombre de los mil apodos, con su sonrisa a cuestas y su
eterna voluntad natural de ser queridos por todos.
Alberto "Atila" Celaya
Cara o
cruz. No hay grises. O blanco o negro. Te quiere o no te quiere. Puede perder si se enoja, como cualquier otro. Así es
Alberto “Atila” Celaya y con ese estilo se hizo cargo y con éxito del difícil arco de Jovellanos.
Alberto, alias Tito o Atila es el hermano mayor de Alejandro, JuamPi y María. Su sumó a Jove
en cuestión de tiempo, siguiendo la
misma línea de sus hermanos fundadores: fue primero rival jovellino.
A Tito, que
aún no era el Atila de Jovellanos, le tocó formar parte de un equipo temible
tanto por su juego como por su contundencia: Catalinas Fc, que tenía en sus
filas a grandes jugadores y de los cuales muchos de ellos se destacarían –Fede
Ferro- en Jovellanos o jugaron al menos, algún partido. Sebastián Zunnini y Guille Mellino en los partidos 1997 en la cancha de once de Villa Domínico 1997 frente
a Los Gallegos, así lo reflejan.
Tito
ingresa a Jovellanos ese mismo año, probando en los partidos amistosos tanto en
la defensa como en la delantera. Pero sería en el difícil como duro puesto de
arquero y más en Jovellanos, donde se destacaría.
Haciendo un
poco de revisionismo histórico, al fusionarse Vélez y Temperley el 26 de
octubre de 1993, el puesto de 1 toca a Hernán Montero. Un poco porque el otro
arquero, el de Temperley, cansado de recibir goles en años, optó por el puesto
antagónico. Todo 9 es 1 y más porque las condiciones de Montero lo meritaban.
Marian "Tumini", hermano de Sebastián, amigo de antaño de Atila, sería el gran descubrimiento del efímero técnico Germán Guldris y al
alejarse Hernán de Jove, el indiscutido arquero de Jovellanos.
Pero Tito
decidió ser Atila. Fue un adelantado: se hizo cargo del puesto más resistido
como duro. Se calzó el buzo de arquero de Jove. Y a fuerza de porrazos y
destacadas actuaciones, se convirtió en un gran guardameta bancado por algunos
de los históricos fundadores que lo quieren también por sus condiciones, estilo
Germán Burgos o Sergio Migliore. Famoso eran
los “para Tito, para, para…” hasta que Atila podía estrellarse con el arco de
frente corriendo tal un oso en busca de su presa.
Y Rey Atila fue
para siempre cuando se atajó todo lo que le tiraron en el subcampeón Sin
Conflicto Fc 98, cumpliendo a quienes habían apostado por él y ser reconocido
por quienes no creían en sus condiciones. Fue arquero titular en los torneos
Jovellanos Material 2002 y Nuñez 2003/04.
También fue el capitán y guardavalla de ese equipo familiar y de hermanos –jugó
con Ale y JuanPi- en el recordado como fugaz LoQueLaPeraDejó 2007 y fue el
único que mantuvo su posición ante las internas jovellinas del Nuñez 2004.
Fanático de
Racing de Avellaneda, duro en sus posiciones y reflexiones, gran seguidor del
rock de Rata Blanca, Ataque 77 y Jauría, de frases célebres como “el Edu, salís
o entramos” y padre de una familia maravillosa que construyó junto con su
esposa Graciela, el tiempo demostró que fue un adelantado para algunos en
materia musical
Y en los
arcos de Jovellanos, se sigue extrañando al temible como impredecible, Atila
Celaya, Rey de los Unos.
Alberto "Tito" Garrone
Músico. El
“Lobo” Cordone, quien fuera un jugador controvertido de Vélez y el Racing de
Avellaneda, dicen, era, ante todo, un músico. Al igual que otro ex fortinero,
de paso fugaz por el Boca campeón 1998/1999, el "Rifle" Pandolfi.
Jovellanos Fc también tiene un músico entre
sus jugadores. Y ese es Alberto “Tito” Garrone.
Tito tiene
una particular aparición en Jovellanos. Fue en el desaparecido estadio de La
Ribera, ubicado en la calle Río Cuarto en el barrio de La Boca, lugar de
grandes contiendas en los primeros albores de Jove.
Eran los
tiempos de desafíos constantes, a veces, hasta dos veces por semana.
Ayudaba a
esa tarea la corta edad de muchos de los
jovellinos, la mayoría transitando la
escuela secundaria. El tiempo era eterno y sobraba.
Ese sábado
del año 1994 antes del inicio del Mundial de Fútbol yanqui, Jovellanos casi
alcanza el milagro de cortar la racha ante quien era por ese entonces su primer
archirrival; Parodi Fc, el equipazo formado, entre otros, por Leo, Gegenez y el
propio diez, Pablito Parodi. Pero ese día, Jove lo tenía a pesar de que estaba abajo
del marcador. Y nada fue igual cuando Tito, quien oficiaba de espectador
jovellino, pasó a atajar para Pardo con tal que el partido no se suspenda por
falta de quórum deportivo y repentinas lesiones.
Todo y de
todo se atajó Tito para recelos del arquero de Jove Hernán que no lograba que
su arco termine abultado. Ese día ganó Parodi y Tito se consagró. Y Jove vislumbró un potencial que pronto se reflejó en otras posiciones.
Hijo de
Alberto –un hombre fachero parecido al actor Robert Duvall- y de María Elena-, Alberto es mucho
mejor músico que jugador de fútbol. Pero con el correr de los años se fue consolidando en
la defensa jovellina. Ofició de técnico en el subcampeón Sin Conflicto Fc y no
dudo en calzarse la Olán tradicional para bancar al Deportivo Maradona en ese diciembre
caluroso de 1998 que estaba diezmado; Agustín, el primer hijo de Fede, pilar de
ese equipo, estaba por nacer y Eduardito había faltado sin aviso a una contienda
de ese torneo. Y ahí jugó Tito, el único de Jove en participar en esas dos
filiales.
Alberto
conocía de antaño a Dieguito Zubeldía, y a Emi, Mato y Dudu del Ateneo del
Sagrado Corazón. Mil historias pasaron juntos, comocuando se enfrentaron al peligroso
Jota Jota o los hermanos Milito, que no eran los famosos jugadores del Rojo y
Racing, pero eran de igual de buenos. También al Walter y Gigantón del colegio
secundario.
Pelo largo
en sus tiempos mozos, generoso, con muchos recitales de rock encima, look Arturo Puig más el Brad Pitt de la
película “Kalifornia”, disfrutador de la buena cerveza, asadors y la charla con amigos, para
los Cocos y los Abonos 2009, Tito se había convertido en un defensor de difícil
superar –quien esto escribe, por no poder pasarlo, le ha inventado dos fouls
inexistentes que Tito supo tolerar- para los Abonos 2009 y fue miembro del
Gusvelito 2008.
Seguidor fiel de
River Plate, es también simpatizante del Temperley que hoy milita en la Primera
B y al cual con otros integrantes jovellinos se prometieron presenciaron un partido
juntos.
Oriundo de
Barracas, hoy su amor y corazón está en la localidad de Ezeiza. Pero en los estadios
porteños aún esperan a Tito, el defensor estilo Hernán Díaz mezclado con Quique
Harabina que hizo temblar a más de un delantero y que no dudó en hacerse cargo del arco si las circunstancias lo necesitaban.
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